martes, diciembre 28, 2010

RECUENTO


Cada año que vivimos trae consigo una serie de acontecimientos (unos monumentales, otros pequeñísimos), que nos cambian la percepción, a veces incluso de forma imperceptible; pero nos cambian.

Tradicionalmente es el año nuevo, la fecha en que hacemos una especie de recuento de todo lo acaecido, y no sólo de ello, sino también de todo lo que esperamos del año que se avecina.

Para no faltar a la tradición diré que la vida la concibo ya de una manera muy distinta, en relación al año precedente, y es que éste ha sido un año lleno de cambios por demás significativos.

El 2010 me ha dejado, por ejemplo, la maravillosa experiencia de ser madre. Mi bella hija nació a mitad del año (con los fuertes dolores y la enorme alegría que ello implica) y me regaló un amor que nunca imaginé sentir y que impulsa cada una de mis acciones. Sostenerla entre mis brazos, besarla, olerla, acariciarla, alimentarla, ha sido sin duda lo mejor.

Por otro lado, me separé de mi “esposo” luego de una serie de conflictos que marcaron la primera mitad del año (y los últimos meses de mi embarazo) y volví a la casa de mi mamá, a mi antigua habitación, con mi nena y la enorme cantidad de cosas que la acompañan desde antes de su nacimiento, anotando así dos mudanzas en el año.

Al principio, he de confesarlo, sentía la idea de volver como un retroceso, una especie de fracaso, pues de gobernar sin aparente limitación mi propio “hogar”, ahora regresaba a la vida de hija de familia. Sin embargo, cada día me convenzo de que fue la decisión correcta, me siento segura, apoyada, tranquila, amada como siempre por la excelente familia que Dios me regaló, de modo que no podría estar mejor.

Termino el año también con incipiente pero mayor soltura económica que el anterior, con planes que me parecen aún más factibles respecto de mi propio futuro, del de mi niña, de mi familia, con metas por alcanzar, metas que en realidad había hecho a un lado por una mala relación que, claro, en su momento me pareció muy buena y de la que penosamente no he podido liberarme del todo, como por supuesto quisiera.

Y así entre otras cosas, cumplí un año más de vida, amé, me amaron, dejé, me dejaron, intenté olvidar, me olvidaron, regalé y recibí muchos regalos, felicité, me felicitaron, enfermé varias veces, bailé, canté, trabajé como nunca y como siempre, descansé, tuve buenos y malos compañeros, amistades perdidas y otras buenas recuperadas, reí, lloré de tristeza pero también de felicidad, cambié mi número telefónico, me atrapó más el facebook, hice cambios en el trabajo, encontré y leí nuevos libros, vi nuevas películas, bajé y subí de peso, comencé a dedicarme a la fotografía de niños (claro, sólo con mi Ali y mi sobrino), aplacé unas cosas y apuré otras, perdí unos cuantos sueños y me hice de unos nuevos, y un gran etcétera.

Han sucedido tantas cosas, que hablar, por ejemplo, de una década (como la que también se termina) sería insufrible; digo, de los 16 a los 26 años, además de atravesar por la mayoría de edad y lo que ello conlleva, tuve cambios importantes en mi estado civil, mi situación laboral y de estudios, sólo por mencionar algo.

Y es lamentable que todos estos sucesos, tanto los buenos como los malos, hayan tenido como marco la creciente inseguridad, la crisis, las catástrofes. ¿Qué viene en el nuevo ciclo? Muchos queremos creer que algo mejor.

Hoy escribo, entre la Navidad y el fin de año, para desear a los que amo un buen 2011, un saldo del 2010 exitoso, para decir un atrasado Feliz Navidad y para recibir el año nuevo con buena cara, con la convicción de que no sirve arrepentirse de las experiencias, con nuevas esperanzas y con la mirada hacia el futuro que se asoma, sin perder de vista los bellos momentos y bendiciones que de tanto en tanto, se viven en tiempo presente.

viernes, noviembre 12, 2010

FELIZ CUMPLEAÑOS, JORGE LUIS.


"Si al recordar y revivir tu año, no te trae lágrimas de felicidad y de tristeza, considéralo desperdiciado". John Cage.



Hoy celebras tu cumpleaños. Ya tienes 18 años. Ya puedes considerarte legalmente ciudadano, físicamente adulto, emocionalmente maduro. Desde luego, esto último lo pondría en duda para muchas personas que conozco, que conocemos; pero contigo es distinto.


Todo lo que has tenido que pasar en estos años, tu enfermedad, las varias operaciones que pusieron en serio riesgo tu vida, te dejaron eso, una fuerza y madurez que pocos tienen, un gran amor a la vida que muchos quisieran tener y un sentido y dirección del que la mayoría carecemos, y te admiro por eso.


Eres mi hermano, pero también eres mi amigo, mi confidente, mi niño (realmente, como mi propio hijo, lo sabes), y no sabes cuánto te agradezco por todo ello, por existir, por haber librado esa lucha en la que casi te pierdo, por tu fuerza, por tu amor, por hacerme sonreír todos los días con el ingenio y sentido del humor que te caracterizan, por enseñarme a valorar la vida pese a los malos ratos (que resultan superfluos comparados con lo que tu has tenido que pasar) y a vivir intensamente, por amarnos y protegernos a mi hija y a mi, por ser una persona verdaderamente excepcional, un alma pura, realmente inteligente, sensible, honesta, que llena espacios vacíos con su luz.


Atesoro todos los momentos que he compartido a tu lado, las risas, los llantos, las confesiones bilaterales, las largas conversaciones sin rumbo fijo en las que nos hemos conocido como nunca, tus sueños, los míos, nuestros proyectos juntos y separados, todas aquellas veces que nos hemos adivinado el pensamiento, las ocasiones en que hemos compartido una misma idea y también en las que no, nuestro cariño. La lista podría no tener fin.


Y agradezco a Dios por permitirme compartir la vida contigo, por unirnos, por regalarme un alma gemela que cuida de mi.


No puedo demostrar con palabras lo mucho que te amo, no alcanzan. Por eso, te doy un fuerte abrazo, en silencio, mientras mi corazón susurra en latidos lo feliz que está de no haberte perdido, de haberte recuperado.


¡Feliz Cumpleaños mi niño adorado! Que Dios te bendiga siempre. Este post es para ti, Jorge Luis, por un excelente año, por una gran Vida. Te amo.

viernes, agosto 27, 2010

LOS QUIERO, DE CORAZÓN.



Me considero una mujer sumamente afortunada… Tengo una familia que siempre se preocupa por mí y me da su amor de forma incondicional. Tengo una hermosa bebé que me maravilla todos los días con su sola presencia, con una mirada, con una sonrisa. Tengo un futuro que se asoma y proyectos que de a poco van cristalizándose. Y tengo los mejores amigos que una puede tener.

A algunos de estos amigos los he conocido a través de la escuela o del trabajo, en las diferentes etapas de mi vida. Pero hay unos, en especial, que sin ser de lo uno o de lo otro, han compartido conmigo los mejores momentos y me han acompañado en los peores: mis AmorEs…

De repente cuesta trabajo creer, y hacer que el resto lo entienda, que un click pueda darte tanto, y que el foro en el que todo comenzó, se haya convertido en el segundo hogar (a ratos el mejor) de muchos de nosotros.

La mayoría llegamos por azar, para encontrar sin pensarlo amigos del alma, amor auténtico, confianza, la dosis diaria de impulso, risas, un lugar para desahogar el corazón (vaya que lo hemos hecho), poesía, reflexión, salud emocional y mental... bueno, creo que esa seguimos buscándola.

Personalmente, hallé en Amor Es… eso que me faltaba para encontrar mi camino, para salir de la decepción amorosa de turno, para superar la enfermedad de mi hermano, las crisis y enfrentar los múltiples cambios y situaciones que ha traído consigo el tiempo transcurrido: los estudios, el trabajo, los cumpleaños, los festejos, los novios, el matrimonio, la ruptura y ahora la bendición de ser mamá.

Hoy, no sé que haría sin mi matagatos Pily (o vodka), mi chela Malenita, hadita Aurora, Mily, Sandrita, mi Mc Geovanny, Gise (y Ximenita), mi primix Chinita (Florecita) y mis sobrinitas, Kat, Mandy, Carlita, Wendy (Chivi), Rosy, Aliss, Karelin… sin haber conocido a Jenny, Dion, Florencia, Paloma (whisky), Gladys, Lu, Luz, Steph, Raúl (Lobito), George (el Capitán Ron), Betty, Benja, Baldo, Jackie, Cris (Anycris), Keila, Yadi, Adri, Dya, Ale, Lichita, Adrián, Yani, Jess, Jarist, Vianny, Eunice, Waleska, Ivette… sé que mencionar es arriesgarme a omitir (si es así, pido perdón), pero no hacerlo es arriesgarme a ser impersonal.



Gracias por hacerme sonreír, por apoyarme y acompañarme en nuevas experiencias, por estar conmigo y ser mis amigos a pesar de las idas y venidas, por ayudarme a hacer a un lado mis problemas y a personas que no valen la pena, por hacerme más afortunada.

Este post es para ustedes… Los quiero, de corazón.